Las personas con TDAH tienden a sentir las emociones más intensamente que otras personas. Al mismo tiempo, suelen tener dificultad para manejar esas emociones. También pueden tener dificultad para mantener las cosas en perspectiva. Todo esto es parte del TDAH.
Incluso problemas menores pueden desencadenar un ataque de rabia. Los niños podrían arremeter contra sus hermanos por haber agarrado un juguete. Los adultos podrían gritarle a un compañero de trabajo que extravió algo. El enojo puede durar mucho tiempo.
Las personas con TDAH no quieren reaccionar de manera exagerada y perder la calma. De hecho, suelen sentirse muy mal si eso pasa. Necesitan desarrollar las herramientas para controlar su ira.
El autocontrol es parte de un grupo de habilidades llamadas funciones ejecutivas. Las personas con TDAH a menudo tienen dificultad con estas habilidades. Muchos niños con TDAH desarrollan más autocontrol a medida que crecen. Sin embargo, hay quienes siguen teniendo dificultad para manejar su enojo hasta la edad adulta. Estas habilidades se pueden aprender con la práctica.
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