La adolescencia puede ser un periodo de altibajos emocionales, que resultan en cambios de ánimo y conductas impredecibles. Parte de esto puede atribuirse a los cambios hormonales. Pero también a esta edad los chicos enfrentan mucha presión, especialmente si piensan y aprenden de manera diferente.
Todo se vuelve más complicado, la escuela, la vida social, las responsabilidades en la casa. Además, se supone que tienen que empezar a pensar en su futuro.
Estas son algunas señales a las que estar atentos, según John Piacentini (PhD) y Lindsey Bergman (PhD), expertos del Centro Child Anxiety Resilience Education and Support (CARES) de UCLA.
Señales físicas de ansiedad
Se queja con frecuencia de dolores de cabeza o de estómago sin razón médica.
Se niega a comer en la cafetería de la escuela o en otros lugares públicos.
Cambia repentinamente sus hábitos alimenticios.
No usa los baños fuera de casa.
Está inquieto, agitado, hiperactivo o distraído (pero no necesariamente tiene TDAH).
Comienza a temblar o a sudar en situaciones intimidantes.
Tensa los músculos constantemente.
Le cuesta dormirse o permanecer dormido.
Señales emocionales de ansiedad
Llora a menudo.
Se enoja o molesta sin razón aparente.
Teme cometer errores, incluso pequeños.
Siente mucha ansiedad cuando tiene que presentar exámenes.
Duda de sus habilidades y capacidades, aunque no haya razón para ello.
No acepta la crítica, aunque sea constructiva.
Tiene ataques de pánico (o tiene miedo de tenerlos).
Tiene fobias o miedos insistentes.
Le preocupan cosas del futuro lejano.
Tiene pesadillas recurrentes de perder a un progenitor o a un ser amado.
Tiene pensamientos obsesivos o preocupaciones acerca de cosas que podrían suceder o temas desagradables.
Señales conductuales de ansiedad
Evita participar en actividades en la clase.
Se queda en silencio o se muestra preocupado cuando tiene que trabajar con sus compañeros.
Se niega a ir a la escuela o hacer los deberes.
Evita situaciones sociales con sus compañeros.
Se niega a hablar con los compañeros o con desconocidos en tiendas, restaurantes, etc.
Se enoja o llora cuando se separa de sus padres o de un ser amado.
Comienza a tener reacciones explosivas.
Comienza a abandonar actividades que le gustaban.
Busca constantemente aprobación de sus padres, maestros y amigos.
Muestra conductas compulsivas, como lavarse las manos o arreglar cosas.
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