Los problemas que tienen los estudiantes en la escuela no siempre son académicos. A menudo están relacionados con su comportamiento. Puede que los niños interrumpan la clase, se aíslen o no asistan a la escuela. Las escuelas utilizan un proceso especial para entender el comportamiento del estudiante y decidir cómo ayudarlo. Este proceso se conoce como evaluación funcional del comportamiento (FBA, por sus siglas en inglés).
Conozca acerca de la evaluación funcional de la conducta, qué puede hacer por los niños y quién tiene derecho a obtenerla.
¿Qué es una evaluación funcional de la conducta?
Una evaluación funcional de la conducta es una forma de identificar por qué un niño actúa de cierta manera. Utiliza diferentes métodos para entender qué está causando los problemas de conducta.
La idea central es que el comportamiento tiene un propósito, ya sea que el niño lo sepa o no. Si las escuelas y las familias entienden qué está causando una conducta, pueden encontrar maneras de modificarla.
Este es un ejemplo de la vida real:
Carlos es muy habilidoso en matemáticas. Sin embargo, cuando el maestro entrega una hoja de problemas de matemáticas se enoja, arruga el papel y lo arroja. Lo envían a la oficina del director, pero el comportamiento continúa y el maestro no sabe qué hacer.La escuela realiza una evaluación funcional de la conducta y descubre que, aunque Carlos es bueno en matemáticas, le cuesta mostrar los problemas matemáticos de lógica. A esto se debe su mala conducta: trata de evitar una situación que lo estresa. Ahora, la escuela puede decidir cómo ayudarlo.
Un equipo de la escuela trabaja en la evaluación funcional de la conducta. El equipo es dirigido por una persona capacitada en comportamiento, como un psicólogo escolar o un especialista en conducta. El equipo también puede incluir:
Maestros (de educación general y de educación especial)
Administradores escolares
Profesionales que trabajan con el estudiante (por ejemplo, consejeros y terapeutas del habla)
El estudiante y su familia
Pasos de una evaluación funcional de la conducta
En una evaluación funcional de la conducta el equipo reúne información y la utiliza para crear un plan. Estos son los pasos que sigue el equipo:
1. Definir el comportamiento
Lo primero es definir la conducta del estudiante. Usar un lenguaje impreciso o general dificulta entender lo que está ocurriendo. Por eso es importante que el equipo sea específico y objetivo. Por ejemplo, en lugar de decir que el niño es “problemático” o “rebelde”, el equipo podría decir que el niño “rompe las hojas de ejercicios y se rehúsa a mostrar su trabajo en la clase de matemáticas”.
2. Reunir y analizar la información
Después de definir la conducta, el equipo recopila información. Podrían revisar el expediente escolar, entrevistar al personal escolar que trabaja con el estudiante y evaluarlo o realizarle pruebas. El objetivo es responder preguntas como:
¿Cuándo y dónde ocurre ese comportamiento?
¿Dónde no sucede?
¿Con qué frecuencia ocurre?
¿Quién está cerca cuando sucede?
¿Qué suele pasar justo antes o después de que actúa de esa manera?
También el estudiante puede proporcionar información. Solo él sabe cómo se siente en el momento. Pedir al niño que intente llevar un registro de sus sentimientos y emociones podría ayudar al equipo, así como observar las reacciones de los compañeros de clase.
3. Determinar la causa del comportamiento
Con la información que ha sido recopilada, el equipo intenta explicar cuál es la causa del comportamiento y de qué manera ese comportamiento beneficia al estudiante. Podría ser que el niño esté intentando escapar o evitar algo.
4. Desarrollar un plan
A continuación, el equipo intenta determinar si su explicación es acertada. Para ello, el psicólogo escolar o el especialista sugieren cambios en la escuela para averiguar si el comportamiento cambia. A su vez, la escuela crea un plan de intervención del comportamiento (BIP, por sus siglas en inglés) para enseñar y recompensar las conductas positivas del estudiante.
Siguiendo el ejemplo de Carlos mencionado arriba, podría ayudar darle la oportunidad de explicar su trabajo en voz alta, en lugar de hacerlo por escrito. O tener la opción de mostrar algunos problemas de matemáticas, pero no todos. La escuela puede ajustar el plan, a medida que va entendiendo mejor la situación.
A quién se le realiza una evaluación funcional de la conducta
No a todos los estudiantes se les realiza una evaluación funcional de la conducta, aunque tengan un problema de comportamiento. Hay dos situaciones en que las escuelas la llevan a cabo.
Primero, una evaluación funcional del comportamiento puede ser parte de una evaluación escolar para educación especial. Una evaluación para educación especial revisa todos los aspectos del aprendizaje del estudiante. Si el equipo de evaluación considera que su comportamiento está obstaculizando el aprendizaje, puede que haga una evaluación funcional del comportamiento.
También puede realizarse en estudiantes que tienen un IEP o un plan 504, pero la escuela tiene nuevas inquietudes acerca del comportamiento. En ese caso, la escuela está obligada por ley a realizar una evaluación funcional del comportamiento si al no hacerla pudiera estar negando al niño una educación apropiada.
Segundo, en algunos casos la ley federal obliga a realizar una evaluación funcional del comportamiento cuando un estudiante es disciplinado o expulsado de la escuela. (A veces las escuelas la realizan aunque no sea requerido por ley). Suelen realizarse para evaluar el riesgo de los estudiantes que tienen problemas de comportamiento serios, como amenazas, drogas o posesión de armas.
¿Qué ocurre con los que no tienen un IEP o un plan 504 y no están siendo expulsados de la escuela? Generalmente, no se realiza una evaluación funcional en estos estudiantes. Tampoco la ley la exige, pero la familia del niño puede solicitarla.
Su rol en una evaluación funcional de la conducta
Una evaluación funcional del comportamiento puede que no sea una solución rápida para los problemas de comportamiento de un niño. No obstante, puede proporcionar un panorama más completo de por qué los está teniendo. Las escuelas y las familias pueden trabajar conjuntamente para dar los siguientes pasos.
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