A pesar de su gran incidencia se desconoce qué causa el Alzheimer, por ello, muchos investigadores focalizan sus trabajos en encontrar maneras de prevenirlo. Ahora, un nuevo estudio del Centro Médico del Universidad Suroeste de Texas encontró que hacer ejercicio un par de veces por semana podría ralentizar el inicio de esta enfermedad en las personas que tienen un riesgo alto de padecerla.
Los autores explicaron que la actividad física regular durante un año desaceleró la degeneración de la parte del cerebro vinculada con la memoria, entre las personas que presentaban una acumulación de proteína beta amiloide en el cerebro. Esas "placas" de proteína son una característica del Alzheimer.
Si bien el ejercicio aeróbico no impidió que las placas se propagaran, los especialistas creen que podría ralentizar los efectos de la amiloide en el cerebro, sobre todo si se inicia en una etapa temprana.
"¿Qué se supone que hagamos si la amiloide se está aglomerando en el cerebro de alguien? Ahora mismo los médicos no pueden recetar nada", lamentó el doctor Rong Zhang, líder de la nueva investigación. Y agregó: "Si estos hallazgos lograran replicarse en un ensayo de mayor tamaño, quizá algún día los médicos dirán a los pacientes con un riesgo alto que comiencen un plan de ejercicio. De hecho, hacerlo ahora no hace daño". Sus resultados se publicaron en Journal of Alzheimer's Disease.
El Alzheimer es responsable de aproximadamente el 70% de los casos de demencia. A nivel mundial, 50 millones de personas sufren esta enfermedad, de las cuales 3.5 corresponden a EE. UU. En este país, los hispanos son la población que se ve más afectada, ya que el 12% de sus adultos (aproximadamente 400,000 personas) fueron diagnosticados con Alzheimer.
El secreto del ejercicio
Para el nuevo estudio, Zhang y sus colaboradores asignaron al azar a 70 personas de 55 años o más a sesiones de media hora de ejercicio aeróbico de cuatro a cinco veces por semana, o a un entrenamiento menos arduo en flexibilidad. Todos los pacientes tenían cierta acumulación de placa amiloide en el cerebro al inicio del estudio, y se determinó que sufrían de "deterioro cognitivo leve", que con frecuencia es un precursor del Alzheimer.
Tras el seguimiento de un año, los autores hallaron que las personas de ambos grupos mantenían capacidades mentales similares respecto a la memoria y a la resolución de problemas. Pero, las del grupo de ejercicio aeróbico mostraban menos encogimiento del hipocampo del cerebro, según se observó en escáneres.
El hipocampo es un área del cerebro que es importante para la memoria, y que usualmente es una de las primeras áreas afectadas por el Alzheimer. "Es interesante que los cerebros de los participantes con amiloide respondieran más al ejercicio aeróbico que los demás. Aunque las intervenciones no impidieron que el hipocampo se encogiera, incluso desacelerar la tasa de atrofia mediante el ejercicio podría ser una revelación emocionante", afirmó Zhang.
Para evaluar a mayor profundidad el efecto del ejercicio, Zhang se encuentra dirigiendo un ensayo de cinco años que incluye a más de 600 adultos mayores, de 60 a 85 años, que tienen riesgo de Alzheimer. "Comprender los fundamentos moleculares de la enfermedad de Alzheimer es importante. Pero, la cuestión candente en mi campo es si podemos traducir nuestro creciente conocimiento de la biología molecular en un tratamiento efectivo. Debemos seguir buscando respuestas", concluyó el autor.
Otras opiniones
Diferentes expertos que no participaron del estudio dieron su opinión sobre los recientes resultados. Por ejemplo, la doctora Gayatri Devi, neuróloga que se especializa en los trastornos de la memoria en el Hospital Lenox Hill, en Nueva York, aseguró que el ejercicio es una forma excelente tanto para prevenir como para tratar el Alzheimer.
"Se ha mostrado que el ejercicio aeróbico, de tres a cuatro veces por semana, ayuda al cerebro a desarrollar células en la parte del cerebro llamada hipocampo, el área clave tanto para la creación de nuevos recuerdos como para la recuperación de los antiguos", explicó la especialista.
En contraposición, el doctor Jeremy Koppel, profesor asociado de psiquiatría y medicina molecular en el Centro de la Enfermedad de Alzheimer y los Trastornos de la Memoria Litwin-Zucker de los Institutos de Investigación Médica Feinstein en Manhasset, Nueva York, señaló que leer los nuevos hallazgos fue "decepcionante".
Koppel cree que el ejercicio "no tuvo ningún efecto específico en las pruebas de memoria, flexibilidad mental o deposición amiloide en los pacientes con deterioro cognitivo leve". Y aunque el hallazgo sobre el tamaño del hipocampo fue interesante, "no era la medida primaria de resultados en el estudio", anotó.
Por ello, el experto cree que "quizá lo mejor sea dirigir las intervenciones de ejercicio aeróbico a las personas que todavía no sufren de deterioro cognitivo". Si bien los profesionales coinciden que ante señales de Alzheimer se debe consultar a un médico y tomar los medicamentos que se indiquen, también reconocen que se pueden adoptar pautas saludables para prevenir su aparición:
Dormir entre 7 y 8 horas diarias.
Incluir una alimentación mediterránea (frutas, verduras, frutos secos, cereales, legumbres pescado magro y aceite de oliva). También puedes aumentar el consumo de grasas omega-3, debido a sus propiedades estimulantes del cerebro.
Practicar yoga, meditación o técnicas de relajación.
Socializar.
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