Mi hijo dice mucho um y eh . Es casi como si pudiera ver su cabeza dando vueltas tratando de evocar la palabra que quiere decir. ¿Qué está ocurriendo? ¿Por qué tiene tanta dificultad para encontrar la palabra correcta?
Todos hemos tenido esos momentos frustrantes en los que tenemos la palabra en la punta de la lengua, pero no podemos decirla. Conocemos la palabra, la hemos usado y estamos seguros de que se encuentra en algún lugar de nuestra cabeza. Esto se conoce como dificultad de evocación de palabras.
Tendemos a asociar este problema con los adultos, especialmente a medida que envejecen.
Sin embargo, los niños también pueden tener dificultad para encontrar las palabras.
Al igual que los adultos, todos los niños tienen este problema de vez en cuando. Pero es muy frustrante cuando se presenta a menudo.
Estas son algunas señales de que los niños están teniendo dificultad para encontrar la palabra que quieren decir:
Hacen muchas pausas y utilizan “muletillas”, como eh o um.
Usan descripciones vagas, como: “¿Dónde está la cosa que me gusta usar en mi cabello?”.
Pronuncian mal la palabra, como decir látiz cuando quieren decir lápiz.
Dicen una palabra que tiene un significado similar pero que suena diferente, como decir silla cuando quieren decir sofá.
Dicen una palabra que suena parecido pero con diferente significado, como decir impune cuando quieren decir inmune.
¿Qué causa este tipo de “tropiezos” en la evocación de palabras? El estrés, la ansiedad y la falta de sueño pueden dificultar que los niños encuentren las palabras que quieren decir.
A veces las dificultad para evocar palabras pueden ser un indicio de algo más. Podría ser debido a un trastorno del lenguaje, problemas de concentración o dificultades con la lectura como cuando se tiene dislexia. También es común en los niños que han tenido una lesión cerebral como una conmoción.
Tome notas de lo que usted está viendo en la casa. Si está preocupado, póngase en contacto con el profesor o proveedor de servicios de salud de su hijo para conocer su opinión. Ellos pueden ofrecerle sugerencias de cómo ayudar a su hijo en la casa o maneras en que la escuela puede ayudarlo.
Sobre todo, es importante hablar honestamente con su hijo acerca de estas dificultades. Hágale saber que todos nos quedamos “atascados” o cometemos errores con las palabras de vez en cuando. Si usted se muestra relajado y seguro, probablemente su hijo seguirá su ejemplo.
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