Una nueva investigación ha demostrado que la depresión prevalece durante la menopausia, y afecta al 70 por ciento de las mujeres en esa transición. Además, no solo confirma la alta prevalencia de la depresión, sino también los mayores factores de riesgo para la misma en mujeres posmenopáusicas, así como cualquier relación con la ansiedad y el miedo a la muerte, según publican en Menopause, la revista de la Sociedad Norteamericana de Menopausia (NAMS).
Con la disminución en la producción de hormonas durante la menopausia, las mujeres son más propensas a una serie de problemas psicológicos, que incluyen depresión, ansiedad, irritabilidad, nerviosismo, tristeza, inquietud, problemas de memoria, falta de confianza y concentración, y una pérdida de la libido.
Al mismo tiempo, a medida que las mujeres envejecen, el miedo a la muerte se vuelve más pronunciado. La depresión y la ansiedad, que son los problemas psicológicos más comunes que ocurren durante la transición a la menopausia, probablemente aumenten ese miedo.
En este nuevo estudio en el que participaron 485 mujeres turcas posmenopáusicas de entre 35 y 78 años, los investigadores buscaron determinar la frecuencia de los síntomas depresivos en mujeres posmenopáusicas, las variables que lo afectan y los niveles de ansiedad y miedo a la muerte. Luego evaluaron la relación entre todas estas variables y la depresión posmenopáusica.
Descubrieron que la depresión en mujeres posmenopáusicas es un problema de salud común e importante que requiere más estudio. En este estudio específico, se confirmó que el 41 por ciento de los participantes experimentaron alguna forma de depresión, aunque suponen que esta tasa fue menor que en algunos estudios anteriores debido a la edad algo menor de los participantes (con una edad promedio de 56,3 años).
Además, los investigadores identificaron los factores de riesgo que más afectaron la depresión en la posmenopausia. Estos incluyen ser viuda o estar separados del cónyuge, el consumo de alcohol, cualquier historial médico que requiera medicación continua, la presencia de cualquier discapacidad física, enfermedad mental diagnosticada por un médico y tener cuatro o más hijos vivos. Sin embargo, no confirmaron ninguna relación entre la depresión y el miedo a la muerte, aunque la edad algo más joven del grupo de estudio puede haber influido en esta falta de asociación.
"Las conclusiones de este estudio en mujeres turcas posmenopáusicas concuerdan con la literatura existente y destacan la alta prevalencia de síntomas depresivos en las mujeres de mediana edad, en particular las que tienen antecedentes de depresión o ansiedad, afecciones de salud crónicas y factores psicosociales como los principales acontecimientos estresantes de la vida. Las mujeres y los médicos que las atienden deben ser conscientes de que la transición a la menopausia es un período de vulnerabilidad en términos de estado de ánimo", advierte Stephanie Faubion, directora médica de la NAMS.
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