Un antídoto infalible contra la tristeza es enfocarse en los demás, sugiere un estudio reciente.
"Dar un paseo y ofrecer bondad a las demás personas del mundo reduce la ansiedad, y aumenta la felicidad y los sentimientos de conexión social", aseguró el autor del estudio, Douglas Gentile, profesor de psicología en la Universidad Estatal de Iowa.
"Es una estrategia sencilla que no toma mucho tiempo y que puede incorporar en sus actividades diarias", señaló en un comunicado de prensa de la universidad.
En el estudio, Gentile y sus colaboradores pidieron a los estudiantes que se pasearan por un edificio durante 12 minutos y que usaran uno de tres métodos.
La bondad amorosa: Es cuando uno ve a los demás y piensa "deseo que esta persona sea feliz".
La interconexión: En este método, uno ve a los demás y piensa sobre cómo están conectados entre sí.
La comparación social descendente: Aquí uno considera de qué forma podría ser mejor que las demás personas con las que se encuentra.
El estudio también incluyó a un grupo de control de estudiantes a quienes se pidió que observaran a las personas y se enfocaran en lo que podían ver en el exterior, como la ropa, el maquillaje y los accesorios.
Antes y después del paseo, se evaluaron los niveles de ansiedad, felicidad, estrés, empatía y conexión de todos los estudiantes.
En comparación con el grupo de control, los que practicaron la bondad amorosa o desearon el bien a los demás se sintieron más felices, más conectados, más amorosos y más empáticos, además de menos ansiosos. El grupo de la interconexión se sintió más empático y conectado.
Los estudiantes que se compararon con los demás se sintieron menos empáticos, amorosos y conectados que los que les desearon el bien a los demás.
La comparación social descendente no ofreció ningún beneficio, según el estudio, que aparece en una edición reciente en línea de la revista Journal of Happiness Studies.
"En esencia, la comparación social descendente es una estrategia de competencia", comentó la coautora del estudio, Dawn Sweet, profesora sénior de psicología en la Universidad Estatal de Iowa. "Eso no quiere decir que no pueda tener algún beneficio, pero las mentalidades competitivas se han vinculado con el estrés, la ansiedad y la depresión".
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