¿Le resulta difícil prestar atención? ¿Siente la necesidad de moverse constantemente durante momentos en que no debe hacerlo? ¿Encuentra que siempre está interrumpiendo a los demás? Si esto le pasa continuamente y siente que estos comportamientos le están impactando negativamente su vida diaria, podría ser un signo del trastorno de déficit de atención con hiperactividad (a veces conocido como TDAH).
Una persona que tiene el trastorno de déficit de atención con hiperactividad tiene dificultad para prestar atención y controlar sus comportamientos impulsivos. También puede ser inquieta y estar en movimiento constante.
El trastorno de déficit de atención con hiperactividad no es sólo un trastorno de la infancia.
Aunque los síntomas del trastorno de déficit de atención con hiperactividad comienzan en la infancia, puede continuar en la adolescencia y la edad adulta. A pesar de que la hiperactividad tiende a mejorar a medida que un niño se convierte en un adolescente, a menudo los problemas de falta de atención, desorganización y mal control de los impulsos continúan hasta la adolescencia y en la edad adulta.
¿Qué causa el trastorno de déficit de atención con hiperactividad?
Los investigadores del Instituto Nacional de la Salud Mental (NIMH, por sus siglas en inglés), los Institutos Nacionales de la Salud (NIH, por sus siglas en inglés), y en otras partes del país están estudiando las causas del trastorno de déficit de atención con hiperactividad. La investigación actual sugiere que puede ser causado por la interacción entre los genes y el medio ambiente o factores no genéticos. Al igual que muchas otras enfermedades, hay una serie de factores que pueden contribuir a este trastorno, incluyendo:
Genes
Consumo de tabaco, alcohol o drogas durante el embarazo
Exposición a toxinas ambientales, tales como niveles altos de plomo, a una edad temprana
Bajo peso al nacer
Lesiones cerebrales
Señales de aviso
Las personas con trastorno de déficit de atención con hiperactividad muestran un patrón persistente de tres diferentes tipos de síntomas:
Dificultad para prestar atención (falta de atención)
Actividad o inquietud excesiva (hiperactividad)
Actuar sin pensar (impulsividad)
Estos síntomas obstaculizan el funcionamiento o el desarrollo de la persona. Las personas con trastorno de déficit de atención con hiperactividad tienen una combinación de los siguientes síntomas:
Pasan por alto o no se dan cuenta de los detalles, come ten errores por descuido o descuidados, en las tareas escolares, en el trabajo o al realizar otras actividades.
Tienen problemas para mantener la atención en sus tareas o juegos, incluyendo en las conversaciones, conferencias o lecturas largas.
Parecen no escuchar cuando se les habla directamente.
No logran seguir instrucciones, terminar las tareas u obligaciones escolares, del hogar o del trabajo o comienzan las tareas, pero en poco tiempo pierden el enfoque y se distraen fácilmente.
Tienen problemas para organizar tareas y actividades, como, por ejemplo, para hacer las tareas en secuencia, mantener los materiales y pertenencias en orden, mantener el trabajo organizado, controlar el tiempo, y cumplir con los plazos.
Evitan o no les gusta hacer tareas que requieran un esfuerzo mental sostenido, como trabajos escolares o domésticos, o en el caso de adolescentes y adultos mayores, preparar informes, completar formularios o revisar documentos largos.
Pierden objetos necesarios para las tareas o actividades, tales como los útiles escolares, lápices, libros, herramientas, billeteras, llaves, documentos, anteojos y teléfonos celulares.
Se distraen fácilmente con pensamientos o estímulos no relacionados.
Son olvidadizos en las actividades diarias, como las tareas, los mandados, retornar las llamadas y mantener las citas.
Algunas señales de hiperactividad e impulsividad son:
Moverse y retorcerse cuando se está sentado.
Levantarse y pasearse en momentos y lugares donde se espera que las personas permanezcan sentadas, como en el aula o la oficina
Correr o deambular o treparse en lugares donde no se considera apropiado o, en el caso de adolescentes o adultos, sentirse inquietos a menudo.
No poder jugar o participar en pasatiempos sin hacer bulla
Estar constantemente en movimiento o deambulando o actuando como si fuesen “impulsados por un motor”
Hablar sin cesar
Responder las preguntas antes de que se terminen de hacer, terminar las oraciones de otras personas o hablar sin esperar su turno en la conversación
Tener problemas para esperar su turno
Interrumpir a otros o entrometerse, por ejemplo, en las conversaciones, juegos o actividades
Tener estas señales y síntomas no necesariamente significa que se tiene trastorno de déficit de atención con hiperactividad. Hay muchos otros problemas, como la ansiedad, la depresión y ciertos tipos de problemas de aprendizaje, que pueden tener síntomas similares. Si usted está preocupado pensando que usted o su hijo podrían tener el trastorno de déficit de atención con hiperactividad, el primer paso es hablar con un profesional de la salud para averiguar si los síntomas se ajustan al diagnóstico. El diagnóstico lo puede hacer un profesional de la salud mental, como un psiquiatra o psicólogo clínico, o el médico de cabecera o pediatra.
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