Muchos niños están frente a pantallas todos los días, sobre todo porque pasan más tiempo en la casa. Es muy común que tengan dificultad para apartarse de ellas porque se quedan enganchados en un juego o programa.
Sin embargo, tal vez haya notado que ahora es más difícil lograr que su hijo se desconecte de las pantallas y se ponga a hacer otra cosa: la tarea, cenar o irse a la cama. ¿Qué está pasando?
Lo primero que hay que tener en cuenta es la manera en que su familia encara el proceso de limitar su uso. Hay formas sencillas de facilitar la transición para usted y su hijo:
Antes de que su hijo esté frente a la pantalla, aclare cuánto tiempo puede usarla, ya sean 20 minutos o dos horas. Avísele cuando falte poco para que se termine el tiempo acordado.
También puede esperar un momento propicio, como al finalizar un juego o un programa. Acuerden con antelación que ese será el momento en que tiene que apagar el dispositivo.
Asegúrese de que su hijo está prestándole atención cuando usted le dice que apague la pantalla. Pídale que lo mire a los ojos y repita lo que le dijo.
Si nada sucede, acérquese y póngale la mano sobre el hombro. Trate de no hablarle ni gritarle desde otra habitación o mientras está haciendo otras cosas.
Digle qué tiene que hacer después de apagar el dispositivo. La transición es más fácil si hay algo específico de lo que su hijo tiene que ocuparse a continuación.
También puede hacer un horario escrito o con imágenes que indique en qué momentos del día está permitido estar frente a una pantalla y en qué momentos no. En lugar de quejarse, señale el horario y recuérdeselo.
Si no ha usado ninguna de estas estrategias anteriormente, pruébelas a ver si hay algún cambio.
¿Qué pasa si usted ya las ha puesto en práctica y su hijo sigue ignorándolo o se enoja? Podría pensar que su hijo lo está desafiando, y es posible que así sea. No obstante, hay otras razones por las que los niños tienen dificultad para apartarse de las pantallas.
Una razón muy importante es tener problemas de atención. Si los niños tienen dificultad para prestar atención no captarán que se les ha dicho que es hora de apagar el dispositivo.
Estos niños también a veces se “hiperconcentran”. Están tan ensimismados en algo que no pueden dejarlo. Así que es posible que su hijo ni siquiera lo haya escuchado decir que es hora de apagarlo.
Otra posibilidad es que estén tan absortos en lo que están haciendo que no pueden dejar de pensar o hablar de lo que están viendo o jugando. Si es difícil desconectarse mentalmente, es más difícil desconectarse físicamente y apagar el aparato.
Estas son algunas señales de que los problemas de concentración dificultan que su hijo se aleje de las pantallas:
Usted dice que es tiempo de apagar el aparato, pero su hijo no levanta la vista ni reacciona de otra manera.
Su hijo lo escucha y reponde, pero regresa al juego tan pronto como usted se va.
Después de varias advertencias, usted le dice con firmeza que lo apague y su hijo se enfurece.
Al observar con detenimiento, puede que usted note que su hijo tiene dificultad para apartarse de la pantalla y ponerse a hacer otra cosa. Incluso podría lucir confundido.
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