Cuanto antes reciban tratamiento los niños con problemas emocionales o de conducta, más fácil será ayudarlos. Pero usted también quiere evitar tratamientos y costos innecesarios, tanto de tiempo como de dinero.
Cuando a usted le preocupa la salud mental de un niño, puede que la familia, los amigos y quizás hasta el pediatra le aconsejen que se tranquilice y espere, lo superará. A veces es un buen consejo. Otras veces no.
Cuándo actuar
Hay momentos en que claramente no es recomendable esperar para que su hijo reciba ayuda psicológica. Por ejemplo:
Trastornos alimentarios: Mientras más tiempo viva un niño con un trastorno alimentario, más difícil será que se recupere. Recibir tratamiento lo antes posible puede salvarle la vida.
Historia familiar: Si la enfermedad mental está presente en su familia, sepa que hay mayor probabilidad de que su hijo desarrolle un trastorno mental. En este caso es importante actuar con prontitud.
Autolesión: Si descubre que su hijo se ha estado cortando, es importante buscar ayuda aunque asegure que solo lo hizo una vez. Es una conducta peligrosa que puede que sea su manera de lidiar con una enfermedad mental seria.
Cuándo esperar
Algunos eventos de la vida pueden causar cambios en el funcionamiento de su hijo como parte de un proceso de ajuste. Cosas como:
El divorcio de los padres
Cambiar de escuela
El nacimiento de un hermano
Todos ellos pueden afectar el comportamiento de un niño. Muy a menudo desaparecerán con el tiempo. De hecho, los criterios para muchos trastornos psiquiátricos en niños y adolescentes requieren que las conductas o emociones problemáticas estén presentes al menos durante un lapso de semanas o meses. Algunas veces usted tiene que observar y esperar.
Observar y esperar
El tiempo que usted decida vigilar las emociones y los comportamientos que le preocupan o “síntomas”, depende de la edad de su hijo y de lo que usted crea que anda mal.
Problemas de conducta
Si el comportamiento de su hijo le está causando problemas crónicos en la escuela o está afectando seriamente su vida familiar, es importante conseguir ayuda. Las conductas disruptivas, explosivas o peligrosas pueden ser causadas por la ansiedad, el trauma y la frustración consecuencia de un problema de aprendizaje no diagnosticado, entre otros motivos.
Una vez que conozca lo que causa la conducta de su hijo, existen terapias que a menudo son eficaces para enseñar a los niños a controlar su comportamiento. Si un niño está fuera de control con los padres o los maestros, significa que necesita ayuda. Esto puede afectar la salud y el bienestar de toda la familia.
Para diagnosticar y tratar los problemas de conducta deberá consultar a un especialista en salud mental. Puede consultar un psicólogo clínico que se especialice en niños y adolescentes, un psiquiatra infantil o un trabajador social con experiencia en tratar a jóvenes.
Problemas emocionales
Si un niño luce inusualmente ansioso, triste o irritable durante mucho tiempo y esto interfiere con su capacidad de hacer cosas que son propias de niños de su edad, es recomendable buscar ayuda. Un niño que está seriamente ansioso o deprimido no solo está sufriendo, sino que se está perdiendo de partes importantes de la infancia. Es importante ayudarlo prontamente, antes de que su desarrollo social y académico esté atrasado en comparación al de sus compañeros.
También es importante ayudarla lo antes posible porque mientras más tiempo experimente su hija algo como la ansiedad, más probable será que moldee su comportamiento de manera perjudicial. Un niño pequeño que no pueda dormir separado de sus padres podría convertirse en un niño que no puede dormir en la casa de los amigos o ir a campamentos. Un niño excesivamente temeroso podría convertirse en un adolescente cuya identidad y vida social se estructure de manera de evitar cosas que le causen ansiedad.
Espera activa
Si usted decide esperar para buscar ayuda, manténgase vigilante y esté preparado para actuar si el problema no mejora. Supervisar el comportamiento de su hijo puede ayudar a reunir información valiosa. Lo que no debería hacer es ignorar el problema. No se convenza a sí mismo de que “algo” no es “nada”.
Hablar con su pareja
La decisión de buscar ayuda para su hijo puede complicarse cuando los padres no están de acuerdo si se trata de un “problema”. Es común que los padres tengan opiniones diferentes en cuanto al comportamiento del niño y el tipo de respuesta que podría ayudar.
Esta es una razón importante por la que las familias esperan para buscar consejo o ayuda. Pero como toda espera debe ser activa. Decidan una fecha para volver a hablar sobre el asunto, y traten de acordar metas en los comportamientos donde quieren ver cambios. Si se mantienen vigilantes de los problemas que les preocupan, tendrán una base más sólida para tomar una decisión cuando vuelvan a tocar el tema.
Estas son otras cosas que puede hacer si le preocupa la salud mental de su hijo:
Conocer las señales de la ansiedad y la depresión en los niños.
Averiguar qué hacer si considera que su hijo está deprimido.
Leer consejos de expertos sobre cómo ayudar a los niños que se sienten solos.
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