Es difícil evitar el estrés en estos días con tantas demandas laborales y familiares. Pero si aprendes cómo manejarlo puedes enfrentarlo de una manera saludable. Eso comienza con una evaluación honesta de cómo reaccionas. Luego prueba adoptar técnicas de control elaboradas por los especialistas de Clínica Mayo para que el estrés no te provoque problemas de salud.
Algunas personas se toman todo con calma. Sus actitudes relajadas brillan incluso ante situaciones complicadas. Otros se ponen ansiosos ante el primer signo de un problema. Aquí hay algunas reacciones comunes pero poco saludables al estrés. ¿Alguno de estos te identifica? Si no estás seguro/a, anota en un diario durante una semana tus reacciones ante situaciones estresantes.
1. Sientes dolor
Puedes apretar inconscientemente las mandíbulas o los puños o desarrollar tensión muscular, especialmente en el cuello y los hombros, lo que puede provocar un dolor físico inexplicable. El estrés también puede causar una variedad de otras enfermedades de salud, como malestar estomacal, falta de aliento, dolor de espalda, dolores de cabeza e insomnio.
2. Comes en exceso
El estrés puede hacer que comas incluso cuando no tienes hambre, o puedes saltarte el ejercicio. En contraste, puedes comer menos y perder peso cuando estás bajo más estrés.
3. Te enfadas sin sentido
El estrés puede provocarte mal genio. Cuando estás bajo presión, puedes encontrarte discutiendo con compañeros de trabajo, amigos o seres queridos, y a veces por cosas que no tienen nada que ver con tu situación estresante.
4. ¿Te da por llorar?
El estrés puede desencadenar lágrimas, a veces aparentemente sin previo aviso. Pequeñas cosas no relacionadas con tu estrés pueden hacerte llorar. También puedes sentirte solo o aislado.
5. Te deprimes
A veces el estrés puede ser demasiado como para enfrentarlo. Puedes evitar el problema, llamar al trabajo dando parte de enfermo, sentirte desesperado o simplemente, te das por vencido. El estrés crónico puede ser un factor en el desarrollo de la depresión o trastornos de ansiedad.
6. Sientes negatividad
Cuando no manejas bien el estrés, puedes esperar mentalmente lo peor o magnificar los aspectos negativos de cualquier situación complicada.
7. Empiezas a fumar o fumas más
Incluso si dejaste de fumar hace mucho tiempo, un cigarrillo puede parecer una manera fácil de relajarte cuando estás bajo presión. De hecho, el estrés es la causa principal de tener una recaída de fumar. También puedes darte cuenta de que recurres al alcohol o las drogas para adormecer los efectos del estrés.
Pero a continuación, encontrarás las soluciones…
1. Sácale peso a tus días
Reduce tus obligaciones tanto como sea posible. Si bien puede parecer más fácil decirlo que hacerlo, mira de cerca tu horario diario, semanal y mensual y encuentra reuniones, actividades, cenas o tareas que puedas recortar o delegar en otra persona.
3. Haz un círculo social sano
Busca o renueva conexiones con otras personas. Rodearte de familiares, amigos, compañeros de trabajo o clérigos y líderes espirituales de apoyo puede tener un efecto positivo en tu bienestar mental y en tu capacidad para enfrentar el estrés. ¿Has probado hacer voluntariado en tu comunidad?
4. Empieza un hobby
Cuando te involucras en algo agradable, puedes calmar tu mente inquieta. Trata de leer, hacer jardinería, manualidades, electrónica, pesca, carpintería, música, cosas con las que no puedes competir o estresarte.
5. Relájate
La actividad física, la meditación, el yoga, los masajes, la respiración profunda y otras técnicas de relajación pueden ayudarte a controlar el estrés. No importa qué técnica de relajación elijas. Lo que importa es reenfocar tu atención a algo que te calme y aumente la conciencia de tu cuerpo.
6. Duerme lo suficiente
La falta de sueño suficiente afecta tu sistema inmunológico, tu criterio, y te hace más propenso a recuperarse de problemas menores. La mayoría de las personas necesitan de 7 a 9 horas de sueño al día.
7. Busca ayuda profesional
Si tus esfuerzos de manejo del estrés no son lo suficientemente útiles, consulta a tu médico. El estrés crónico e incontrolado puede llevar a una variedad de problemas de salud potencialmente graves, como depresión y dolor.
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