El ritmo de vida actual pone a prueba nuestra tranquilidad. Con tantos compromisos familiares y laborales, es lógico sentirse un poco ansioso. Si ese estado de ansiedad es leve y no es persistente en el tiempo, la solución puede estar al alcance de tu mano. Pero si altera tu calidad de vida, lo aconsejable es consultar a un especialista.
¿Qué es la ansiedad?
Es un sentimiento de preocupación, nerviosismo o temor a un evento o situación. Es una reacción normal al estrés. Te ayuda a permanecer alerta ante una situación desafiante y suele desaparecer cuando desaparece el problema. Pero a veces nos hace sentir temor desmedido frente a una situación que no implica peligro, como viajar en autobús. Si te sucede esto último, busca ayuda profesional.
El secreto puede estar en los alimentos
¿Sabías que lo que comes y bebes puede afectar tus niveles de ansiedad? Lo que consumes puede significar la diferencia entre sentirte bien o mal. Los alimentos desempeñan un papel en el aumento de la duración, la gravedad y la frecuencia de la depresión y la ansiedad.
Recuerda que además de lo que comes, hacer ejercicio con regularidad, dormir bien, tener apoyo social y reducir el estrés, pueden ayudar a controlar la ansiedad. Familiarízate con los alimentos y bebidas que se enumeran a continuación y luego intenta reducirlos o eliminarlos de tu plan alimentario. Siempre habla con tu proveedor de atención médica antes de cambiar tu dieta.
1. El café
¿Te sientes al borde del colapso? El café puede ser el culpable. Tanto esta infusión como el té negro y las bebidas energéticas hacen que sea más difícil dormir. La cafeína libera la hormona del estrés (cortisol) que desencadena la respuesta de lucha o huida. Y el sueño está relacionado con el estado de ánimo: cuanto menos duermas, más gruñón te pondrás.
La cafeína puede hacer que te sientas nervioso, mareado y con náuseas. Aumenta tu ritmo cardíaco, temperatura corporal y presión arterial. Puede provocar nerviosismo, sudoración y temblores. Además, puede afectar la absorción de las vitaminas D y B, nutrientes que equilibran el estado de ánimo. En lugar de una taza de café, prueba un té de hierbas sin cafeína como la manzanilla o un vaso de jugo verde.
2. El azúcar
El azúcar se esconde en todo. Y cuando tienes un choque de azúcar es como un shock de cafeína: rápido y fuerte. Puede ocasionar cambios de humor, dificultad para concentrarte, fatiga y palpitaciones. Es casi como si estuvieras en las etapas iniciales de un ataque de pánico.
3. Los endulzantes artificiales
El aspartamo es el ingrediente común que se encuentra en productos como los refrescos de dieta y el chicle. Éste bloquea la producción de serotonina en el cerebro, la hormona del bienestar, lo que puede causar insomnio, dolores de cabeza, cambios de humor, ansiedad y depresión.
4. Los alimentos con mucho sodio
Se ha encontrado que demasiado sodio en la dieta es perjudicial para el sistema neurológico, causa fatiga, depresión, episodios de pánico y daños al sistema inmunológico. Además, debes saber que demasiada sal provoca hipertensión, retención de líquidos, hinchazón y aumento de peso.
5. Las comidas fritas
Claro que KFC es rico. Pero los alimentos fritos tienen poco valor nutricional y son difíciles de digerir. Las papas, los calamares, los aros de cebolla y el pollo frito se cocinan generalmente en aceite hidrogenado, que no es saludable ni para el corazón ni para la cintura. Además, el consumo de alimentos fritos está relacionado con enfermedades del corazón, presión arterial alta, ansiedad y depresión.
6. Los jugos de fruta envasados
Toma una manzana al día para mantener alejado al médico. Pero a diferencia de las frutas enteras, los jugos de frutas envasados están cargados de fructuosa y carecen de fibra. Así obtienes un pico de azúcar en la sangre que provoca adrenalina, la hormona relacionada con el estrés.
7. El alcohol
Una copa puede parecer una buena manera de olvidar tus preocupaciones. Pero el alcohol puede desencadenar tanto depresión como ansiedad. Causa altos y bajas en el azúcar en la sangre, te deshidrata y altera la función cerebral. Esto puede hacer que te sientas ansioso, lo que te hará querer beber más. Para calmar los nervios, toma un vaso de té de manzanilla.
Fuentes consultadas
Biblioteca Nacional de Medicina de EE.UU., Oficina para la Salud de la Mujer en el Departamento de Salud y Servicios Humanos de EE. UU.
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